miércoles, 12 de noviembre de 2008

III.

Ayer, bien gracias a la tarde y a la ventana,
se me ha revelado cierta fluctuación del tiempo.

Se me ha presentado molesta, con cara enojada y algo irrisoria
una señora llamada olvido: la calle tan calle como siempre,
con los mismos autos y los niños,
la de escalera fea de asfalto duro y desmoronado,
y de paredes ladrilludas con mensajes encriptados
ha cambiado y se burla de mi.

El correo ha dejado de llegar ya hace unos días,
el vacío del buzón es azul y duele en las manos,
y hasta la telaraña se ve horriblemente desierta
prendida en la plaquita con nuestro nombre:


los días se irán oxidando hasta ser nihiles y aburridos,
y ni siquiera la ausencia, por más austera que cante,
podrá marcar tus huellas para siempre.
Entonces,
lento, el frío arreglaría el semblante y evitará la nostalgia.
Y de nuevo podré olvidarte....

1 comentario:

Yiohe dijo...

Asi me siento cuando alguien me destierra de su vida.