lunes, 2 de febrero de 2009

Aqui va un micro-cuento.


Habría corrido infinitamente. Los músculos, las manos, la cara en un aburrido cansancio. Aquiles, hombre infeliz: no sabrá nunca que Zenón jamás trazó una meta para la tortuga.

1 comentario:

Yiohe dijo...

Hey ya buske y no encontre el de "labios hostiles" ,nose si eske no buske bien , nunka me habia metido a un blog.